Playa Savinosa es una playa de arena fina en las afueras de Tarragona. No es muy extensa, unos 350 metros, y suele estar muy frecuentada. A ambos lados encontramos formaciones rocosas sugerentes para acercarnos a echar un vistazo. Con mala mar acercarse a las zonas rocosas no es buena idea, pero el día de la inmersión teníamos mar rizada.
Entré en el agua solo con la máscara y el tubo, con la idea de discernir si valdría la pena una inmersión más seria. Al momento estábamos rodeados de Obladas y más allá de Salemas y Raspallones. Así que me equipé en serio y tracé mentalmente una ruta triangular entre la playa, las rocas del oeste y una de las boyas amarillas que limitan la zona de navegación. Desde el principio quedé mágicamente atrapado por las luces doradas bajo el agua, el azul intenso de las zonas profundas, las pequeñas cuevas de las rocas, los dibujos del lecho arenoso. Todo estaba lleno de peces de todo tipo. Conseguí fotografiar a unas Bailas cazando camufladas entre las rocas, al compás de las pequeñas olas que rompían contra la sólida muralla. Después de un tiempo en la rompiente, me adentré siguiendo a un grupo de Lisas hasta llegar a la boya elegida. No pude tomarles una buena foto. Una vez junto a la boya, vislumbré en el azul intenso y oscuro del horizonte una aleta caudal en forma de C. Fue un reflejo breve, una sombra rápida...fugaz. Esperé un tiempo por si era posible captar alguna imagen clara, pero fue una espera en vano. Comenzaba a notar el cansancio, así que prioricé hacerle caso a mi cuerpo y me dirigí hacia la orilla, no sin parar a fotografiar a un grupo de Salmonetes que removían la arena del fondo.
